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Naciones Unidas por el

Sabor de Galicia

Llovía a cántaros en Manhattan para no extrañar las rúas de Compostela. Las frías gotas fueron penetrando el cemento neoyorkino hasta hacer brotar de las gigantescas moles grises tintes de verde y de mar de los que surgieron vieiras, empanadas, zamburiñas, grelos, y nueve cocineros gallegos para prepararlos.

 

Como druidas, aunque sin meigas, sus sabores y aromas milagrosamente contuvieron el diluvio a la primera cena, con el Apóstol Santiago por cómplice cual si se encargara de elaborar la última con los discípulos. Non choveu mais.

 

Las Naciones Unidas son descriptivamente literales porque esta historia de gallegos no se escenificó en cualquier lugar del mundo donde pudiera haber uno, regados por doquier, sino que tuvo a la sede de esta organización supranacional por escenario primario. Pero literales también porque España, Estados Unidos y todos los que por ellos transitan se unieron, como naciones, eslabonados por el paladar e imágenes de Galicia, en un abrazo culinario de paz y entendimiento, como se sellan los tratados diplomáticos, durante unas jornadas gastronómicas que se celebraron del 6 al 17 de noviembre en la ciudad donde convive el universo entero.

 

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Premio Nacional de Periodismo Gastronómico Alvaro Cunqueiro 2007, otorgado por el Concello de Lalín, España