Del país de la bota al Central Coast californiano, para extraer de allí un ensamblaje con Garnacha, Pinot Noir e incluso Pinot Grigio que se viste de color rosé. Un vino con mayor estructura en boca a pesar de no tener contacto con la madera durante su elaboración. Se trata de una referencia donde destacan las notas a fruta de baya roja, también con un punto de regaliz y recuerdos a piedra, que terminan en el paladar con gran persistencia, sapidez y esa pizca amarga que ya se percibe en el Pinot Grigio.

De Monterey County se surten las Pinot Noir de una de varias referencias tintas, que en este Chloe Wine tiene un color más bien ligero, estructura media, pero madera y taninos bien domados para destacar la fruta jugosa, con recuerdos a fresa, que terminan en boca con pizcas especiadas, gran frescor y un largo posgusto. El vino se elabora con fermentación de racimo entero.

Secreto de la enóloga es el ensamblaje del Chloe Red No. 249, con uvas que proceden de varias zonas de la Costa Norte de California, como Livermore Valley y San Luis Obispo. La enóloga deja un halo de misterio sobre las variedades que crean el ensamblaje del vino, entre las que se presume pudiera haber Petit Sirah, Zinfandel, Merlot y Cabernet Sauvignon, de los 249 lotes que la enóloga cata para poder armar su rompecabezas de elegancia e intensidad de sabor. La fruta se revela mucho más jugosa y madura en este tinto de 2019 de cuerpo medio, con recuerdos a pimienta y notas más balsámicas. El vino envejece en barricas nuevas y usadas de roble americano y francés.