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De los rumores que los Symington* podrían estar mirando un poco más al norte en dirección a la frontera del Minho, a la certidumbre de que la alentejana Herdade das Servas y que un referente de Setúbal como Ermelinda de Freitas sean dos de las bodegas portuguesas que más recientemente han anunciado su llegada al territorio de Vinho Verde se ha reafianzado la brújula que apunta a esa región del Norte de Portugal como territorio de interés que las casas de vino nacionales están empezando a conquistar en su propio país.

Siempre identificada con el estereotipo de vinos ligeros, poco alcohólicos, incluso con algo de carbónico, o tintos frescos para beber en taza, en el último par de años la región de Vinho Verde se ha ido consolidando como zona atractiva para nuevas inversiones de vino en Portugal.

No es de extrañar dado el gran crecimiento que han mostrado los vinos de Vinho Verde en los Estados Unidos, donde se han convertido en un referente de los vinos blancos y de los de Portugal, habiendo incrementado en 800% las importaciones en una década (1996-2016), así como su precio por litro. De ahí que grandes grupos de vino portugueses hayan cifrado su mirada en ese amplio territorio ubicado en el extremo noroccidental de Portugal, enmarcado por el Atlántico, el río Minho y un casi colindante Douro, que además de sus volúmenes de venta, en los últimos años ha visto enaltecer de manera sobresaliente su calidad.

Enorme ha sido la evolución de esta región vitivinícola portuguesa, antes elaboradora de mucho vino de garrafón, una producción hoy caracterizada por vinos embotellados, de calidad y precio superior, con vinos varietales, de subregión e incluso terroirs específicos.

Vinho Verde

 

El cultivo de vides en la zona del Minho se remonta a la época romana. En el siglo XVI se instaló en Viana de Castelo la Feitoria Inglesa, contribuyendo a la exportación de vino hacia el norte de Europa. De hecho, se dice que los primeros vinos portugueses conocidos allende las fronteras del país fueron precisamente los de la región de Vinho Verde, algo que cambió cuando el Douro se demarcó en 1756 y la exportación de vino de Oporto se tornó en monopolio estatal.

Esto hizo que los productores de Vinho Verde solicitaran en 1785 a la corona portuguesa demarcar su región con la creación de una compañía real, a la usanza de lo acontecido en el Douro, cosa que no sucedió. No obstante, la ampliación de las libertades comerciales, la mejora del transporte y las comunicaciones en el siglo XIX beneficiaron a la viticultura regional.

No sería hasta 1908 que se legislaría y demarcaría formalmente en Portugal la Región Demarcada dos Vinhos Verdes, pasando a regularse la demarcación y establecerse su Comisión de Viticultura en 1926. En 1949, la Organización Internacional de la Viña y el Vino admitió a la región, confiriéndole categoría de denominación de origen, lo que protege la exclusividad de la marca. Posteriormente, se reconocerían también estatutos que regulan los aguardientes y orujos de la zona.

Con una extensión de viña de unas 7,025 hectáreas, la región del Minho que engloba Vinho Verde es la tercera región vitivinícola más grande en superficie de Portugal, representando aproximadamente el 18.25% de las viñas del país. El minifundio domina el escenario vitícola con unos 15 mil viticultores que surten de uva a unas 600 empresas elaboradoras de vino.

Vinho Verde cuenta con una denominación de origen, DOC Vinho Verde, y una indicación geográfica protegida, IG Minho, en un área que se esparce por nueve subregiones: Amarante, Ave, Baião, Basto, Cávado, Lima, Monção-Melgaço, Paiva y Sousa. La singularidad de los vinos de la subzona de Monção y Melgaço ha llevado a algunos a plantear la posibilidad de crear una denominación de origen para esa subzona cuyos vinos protagoniza la alvarinho.

Las castas más empleadas en vinos blancos incluyen algunas compartidas por Portugal y Galicia como la alvarinho (albariño), la trajadura (treixadura), la loureiro o la azal blanco (caíño blanco). Pero también hay también cepas portuguesas como la avesso y la arinto, también conocida como pedernã. En tintos, se destacan, entre otras, la sousão o vinhão (sousón), alvarelhão-brancelho (brancellao), la azal tinto (caíño tinto), la pedral (rufete) o el Rabo de Ovelha.

La tipicidad de los vinos de la región deriva de varias características importantes: (1) el suelo, principalmente granítico, pero también de poca profundidad, estructura arenosa y de alta acidez, (2) los vientos atlánticos unidos a las características de sus ríos, (3) la temperatura, (4) los niveles de precipitación, (5) los métodos de siembra y cultivo y, por supuesto, (6) las peculiaridades de las uvas empleadas en su elaboración. La amplitud de la extensión de la zona contribuye a su diversidad y riqueza, en la que una misma variedad, como la alvarinho, puede comportarse de formas distintas según el lugar donde se cultive, sea a orillas del río Minho, más hacia el interior o en zonas fronterizas con el océano Atlántico.

El nivel de maduración se relaciona con varios aspectos principales. Uno son las lluvias a fines del estío, que pueden motivar una vendimia un poco anticipada, en previsión a que las uvas se pudran debido al exceso de agua. Otro aspecto es la exuberancia vegetativa de la zona, que no siempre contribuye a una óptima exposición de las viñas a la luz solar. Y un tercero muy importante, y vinculado al precedente, es el método de siembra adoptado. En la región de los Vinhos Verdes se utilizan formas de conducción tradicionales y modernas, y algunos métodos de viticultura de la zona ofrecen particularidades no muy conocidas como formas de cultivo.

Una muy singular son las uveiras, la forma más conocida y antigua. La uveira, es un árbol junto al cual se plantan entre una a cuatro vides, que se dejan crecer libremente. Las vides se van enrollando en las ramas del árbol, usándolo como apoyo, y pueden llegar a alcanzar enormes proporciones. El cultivo en uveiras plantea dificultades al tratamiento de la viña, pero lo pertinente a la tipicidad del vinho verde es que reduce la exposición directa a la luz solar, por lo que la maduración de la uva va a demorar, y éstas producirán vinos con bajos niveles de alcohol. Por ello, hoy se utilizan sistemas de cultivo que propician maduraciones más prontas, como la espaldera, aunque también hay algunos parrales, sin que éstos lleguen a protagonizar las viñas como sucede en su vecina Rías Baixas.

En este contexto se elaboran vinos blancos, el grueso de la producción, tintos, rosados, que representan aproximadamente el 5% de la producción regional y vinos espumosos, que en los últimos años han mostrado un crecimiento de tres dígitos, gracias en parte al haber permitido emplear el método charmat en su elaboración, lo que ha contribuido a atraer inversionistas a la región.

 

Nuevos tiempos

 

La llegada de nuevos capitales a la zona ha sido, precisamente, uno de los colores comunes que han pintado la región en los últimos años, donden ya tiene presencia algunos de los grandes nombres del vino portugués, como João Portugal Ramos, Casa Santos Lima o Sogrape, cuya etiqueta Gazela representa el 7% de las ventas en valor de Sogrape y es una de las tres más vendidas de Vinho Verde a nivel internacional.

Este marzo Ermelinda de Freitas anunció la compra de la Quinta do Minho, en Póvoa do Lanhoso para producir vino en Vinho Verde y en febrero los propietarios de Herdade das Servas, una de las bodegas de referencia del Alentejo, adquirieron la emblemática quinta de Casa da Tapada, una propiedad de 1540 que se extiende por unas 24 hectáreas, la mitad de las cuales es de viña, y cuenta con una trayectoria centenaria de elaboración de vino. Los Serrano Mira consideran que la región de Vinho Verde es una que produce vinos con mucha frescura, con notas cítricas y aromáticas con evidente acidez y muy aptos para armonizaciones gastronómicas.

Del mismo modo, empresas bien afincadas y de referencia en la región como Aveleda, el mayor productor y exportador de Vinho Verde, determinó consolidar su presencia en la región anunciando en 2018 inversiones millonarias para expandir su territorio de viña hasta superar las 500 hectáreas, a fin de poder asegurar casi la mitad de sus necesidades de uva con viñas propias. Muchas de las nuevas inversiones en viña   ---de Aveleda y otras bodegas de la región---  derivan no solo de la vocación por garantizar la calidad de la uva sino de la necesidad de asegurarse suministro de uva a largo plazo, considerando el envejecimiento de los viticultores y la falta de relevo generacional para seguir trabajando las viñas.

Inversión importante en esta dirección es la plantación de unas 200 hectáreas en Cabraçao, en Ponte da Lima. Es un proyecto innovador, considerando su dimensión y la realidad minifundista que promedia en el territorio, pero también una apuesta de Aveleda por los suelos pizarrosos de esta región, un contraste con los graníticos que dominan el resto de Vinho Verde.

Precisamente esa inexplotada heterogeneidad de los suelos a través de las diversas subregiones es uno de los elementos que desea potenciar Vinho Verde Young Projects, una asociación creada en 2015 y que agrupa los talentos de Joana Santiago, João Camizão Rocha, Miguel Quiemado y Vasco Magalhães para hacer de la fuerza conjunta de las economías de escala de sus pequeños proyectos de vino cimentados sobre la originalidad de sus raíces familiares y la diversidad del terruño, un signo para hacerse más competitivos.

Santiago y Queimado llevan los suyos en la subzona de Monção y Melgaço, potenciando la variedad alvarinho. Allí Queimado elabora los MQ Vinhos, rótulos enfocados en la variedad alvarinho que se elaboran en Quinta do Mato, una propiedad de su familia desde fines del siglo XVII. Santiago lo hace en Quinta de Santiago, también propiedad familiar desde fines del siglo XIX donde se elabora un premiado vino homónimo que persigue sacar partido del terruño sobre la alvarinho.

Por su parte, Camizão realiza su quehacer en la subzona de Amarante, también en una propiedad familiar. Su vino Sem Igual no apuesta por la alvarinho sino por la arinto y la azal y es un juego de pequeñas parcelas con cepas de jóvenes a viejas, en una diversidad de altitudes. Magalhães está más cerca del Douro, en una propiedad en la que su familia ha elaborado vino desde hace siete generaciones. Su Cazas Novas apuesta por la azal, la loureiro y la avesso.

Por esta variedad apostó también la casa Lima Smith en Covela, una quinta histórica del Douro, pero que también apostó por Vinho Verde, una región en la que se estrenó con un estupendo blanco, el Covela Avesso, un blanco de la subregión del Baião, cercana al Douro, destacada por su buena acidez, balance, textura, notas minerales y gran profusión aromática.

Otra de las que ha puesto un pie en Vinho Verde es la alentejana Herdade do Rocim, que en colaboración con Quinta de Santiago, elabora allí Santiago na Ánfora do Rocim, un alvarinho elaborado en ánfora.

“Las ánforas se asocian con el Alentejo, donde se les denomina «talhas». La idea de este vino fue experimentar la vinificación en ánfora de la variedad alvarinho porque creímos que valía la pena ensayar de la manera que se hace en otras regiones del mundo. El término «talha» se protege para la región alentejana, de ahí que el vino que elaboramos en Vinho Verde  ---que me parece es el primer alvarinho en ánfora de Vinho Verde---  se designe Santiago na Ánfora do Rocim, teniendo en cuenta el respeto por esta ancestral tradición del Alentejo», dice a Divinidades Pedro Ribeiro, enólogo y director general de Herdade do Rocim.

La asociación con Quinta de Santiago fue una alternativa empresarial para Rocim, que mantiene su foco de inversión en su región matriz, el Alentejo, así como en Lisboa y el Douro, donde posee viña.

«Rocim se asoció con Quinta de Santiago para realizar una experiencia de vinificación en ánfora de un vino de alvarinho de la añada 2018 y funcionó tan bien que la vamos a repetir», anotó Ribeiro, quien define este vino como uno con un perfil fresco, mineral, preciso y muy enérgico.

En esa línea colaborativa Niepoort también elabora blancos, tintos y un espumante en la región. El tinto tiene por base cepas viejas de sousão y otras cepas autóctonas y forma parte de la serie Projectos del autor. El blanco, Dócil, tiene por protagonista a la Loureiro y el espumoso, OLO, se elabora con el método tradicional de segunda fermentación en botella.

Porque si los blancos son la enseña de Vinho Verde y el Minho, la región tuvo también un esplendor tinto que, además de Niepoort o Soalheiro, uno de los grandes referentes de Vinho Verde, otros elaboradores como Anselmo Mendes, maestro de la alvarinho, buscan recrear en vinos como un blanc de noirs a partir de alvarelhão (brancellao) para conmemorar las primeras dos décadas de su empresa.

Pero no es la alvarelhão, sino tal vez la vinhão (sousão, sousón) la más extendida a través de la región, donde también hay espadeiro e incluso se halla plantada pinot noir. Mendes es el mayor viticultor individual de alvarinho en la subregión de Monção-Melgaco, con unas 100 hectáreas en propiedad y en explotación, que piensa expandir aún más con nuevas plantaciones que le permitan fortalecer su apuesta por las variedades autóctonas de la región.

«Pienso que en Vinho Verde se podrán hacer buenos tintos aunque su mayor potencial radica en los blancos por razones y clima y terroir», añade Ribeiro.

Además de manejar el envejecimiento de la población y muy en especial de los viticultores, una de las asignaturas pendientes de Vinho Verde es incrementar la producción, que si bien ha crecido, todavía tiene mucho camino por recorrer y necesita posicionarse a nivel de precio. Campañas de promoción, esfuerzos de divulgación conjunta con otras regiones productoras portuguesas y europeas para aprovechar sinergias o incluso eventos que se han trasladado al terreno internacional, como el Vinho Verde Fest, celebrado también en Estados Unidos y Brasil, han contribuido a ese fin. Otra es desarrollar la oferta enoturística de la región, aún muy limitada si se le compara con la de otras regiones productoras portuguesas. No hace mucho se inauguró en Ponte de Lima un Centro de Interpretación y Promocion del Vinho Verde, una estructura integradora de la diversidad e identidad de las subregiones que integran esta región vitivinícola de la que se oirá habla más y mejor en el futuro inmediato.

Algunos productores recomendados :

 

Anselmo Mendes, es una de las figuras cimeras del vino blanco en Portugal, un maestro de la alvarinho, pero no solo de esta variedad, que tiene en Vinho Verde su foco principal de acción. Allí elabora numerosas etiquetas con ésta y otras variedades como la loureiro, entre las que se cuentan Muros Antigos, Contacto, Parcela Unica o Muros de Melgaço, por no mencionar etiquetas tintas como su Pardusco.

Aphros, un proyecto que apuesta por la biodinámica.

Aveleda, la mayor productora de Vinho Verde, es una institución de los vinos de la región, tanto de su dimensión de vinos más ligeros como los Casal García, a vinos monovarietales y premium como su Reserva de la Familia, que el pasado 2018 fue considerado uno de los mejores vinos blancos de Portugal.

Covela es una quinta histórica del Douro, hoy día propiedad de Lima Smith, que lanzó un estupendo blanco de la variedad Avesso, con la que se estrenó en Vinho Verde.

Nacida en el Alentejo con su emblemático Marqués da Borba, João Portugal Ramos es un proyecto consolidado con ramificaciones en el Douro y Vinho Verde, donde elabora incluso un muy buen vino espumoso.

Luis Seabra, antiguo enólogo de Niepoort, hace unos años comenzó su propio proyecto, Luis Seabra Wines, que si bien tiene un componente importante en el Douro, elabora en Vinho Verde uno de los vinos cimeros de esa región, Granito Cru, una sobresaliente oda a la alvarinho y al terreno granítico.

Quinta de Santiago, uno de los más jóvenes proyectos de Vinho Verde, que también ha producido vinos distinguidos por su calidad y que realiza un proyecto conjunto con Herdade do Rocim.

Regueiro, un proyecto de Melgaçao que hace estupendos alvarinhos, como su Regueiro Primitivo, un blanco con excelente desempeño en tanto vino joven, como vino con ya algunos años a cuestas.

Soalheiro, con su manejo magistral de la alvarinho, es una de las bodegas bandera del área de Melgaço y una de las grandes referentes de vinos blancos no solo en Vinho Verde, sino en Portugal.

 

25 de marzo de 2019. Todos los derechos reservados ©

PS. En septiembre de 2019 el grupo Esporão, con presencia en el Alentejo y el Douro, anunció la compra de Quinta de Ameal, en la región de Vinhos Verdes.

En mayo de 2021 Falua, un referente de Vinhos do Tejo, comenzó su andadura en Vinho Verde con Barão do Hospital.

Y en diciembre de 2022, Symington Family Estates anunció la incorporación de Casa de Rodas, donde elaborará vino en la región con la asesoría enológica de Anselmo Mendes.

 

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Una diferencia importante entre ambas riberas del río Miño es que al utilizar únicamente parte de la producción de albariño para la elaboración de monovarietales de esta uva, en la ribera portuguesa se destinan solo las mejores uvas para las elaboraciones de alvarinho al 100%, contrario a Rías Baixas donde la albariño es mayoritaria y se dedica en su práctica totalidad a la elaboración de vinos dominados por esa uva. 

 

 

La brújula de Vinho Verde

 

Rosa Maria Gonzalez Lamas. Fotos: Viajes & Vinos, Avelada, CRVV, Rota dos Vinhos Verdes (C)